Es un pueblo feliz.
Sus habitantes irradian mágica alegría, contagiándolo todo. Hortalizas y frutos brotan hermosos en huertos y vergeles, sin apenas esfuerzo de nadie. Peatones, bicicletas, carros y animales, fluyen sosegadamente por las calles sin humo. Los saludos son amistosos, siempre aderezados con sonrisas. Nadie pregunta por problemas porque solo existe el presente, y es esto lo que se debe vivir.
No siempre fue así.
Este continuo bienestar sucedía desde que murió Alvar el alfarero, dejando sólo al pequeño Blas, que desde entonces no pronunció palabra. Asombró que no demostrara un atisbo de tristeza sino que el dibujo de su boca sonriente decoraba siempre su rostro. Trató entonces él con el barro, el torno, los pinceles y los barnices, creando pequeñas obras maestras que poseían el espíritu paterno y el amor que el niño les impregnaba. Platos, botijos, fuentes y demás creaciones de Blas ejercían el positivo encantamiento que todavía perdura.
Torcuato González Toval
A partir de ahora publicaré menos asiduamente, no obstante, intentaré mantener el blog actualizado. Gracias a todos/as. Soy geniales.
ResponderEliminarUn abrazo.
Bueno, espero que al menos sigas escribiendo.
ResponderEliminarPara genial tú.
Saludos.
Gracias Toro. Es que el verano me va a trastocar un poquillo. Ya veremos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola Torcuato. Cuento feliz que deja un sabor de boca feliz. No te preocupes por el tiempo que tardes, sabes que aquí estaremos.
ResponderEliminarBlogsaludos
Gracias Adivin. Este micro lo presente sin éxito al concurso de Artesanía Comprimida.
ResponderEliminarUn abrazo amigo.
Y parece que no es tan difícil, ¿verdad? vivir solo el presente... por eso si te vas seremos felices, porque viviremos nuestro presente, y cuando vuelvas te leeremos, pero eso no está sucediendo ahora.
ResponderEliminarUn abrazo y felices vacaciones
Hay que vivir el momento TORCUATO,me ha gustado....En un par de días voy a editar una entrada de un cuento....no se si dedicártela???..jeje besicos paisano..buenas noches
ResponderEliminarIrradias tu paz meniño.
ResponderEliminarAquí, en Galicia, aún hay muchos pueblos de esos tirador por ahí, solo que los habitan ya los abuelos de los abuelos que aún están vivos...
Escribes precioso.
Biquiños
Muy bonito relato.
ResponderEliminarSalú pue.
muy bonito. me gustó mucho.
ResponderEliminarQue sean entradas menos frecuentes no afectará tus visitas, ya que dudo que la calidad la pierdas ;)
Muchos saludos y que tengas una buena semana.
El veranos nos trasctoca a todos, Torcuato.
ResponderEliminarUn abrazo.
La felicidad depende mucho del positivismo, tienes razón... y por dios, de vez en cuando actualiza, para saber más claro :)
ResponderEliminarbesicos
Yo también ando escasa de tiempo, se hace lo que se puede, lo importante es estar, aunque sea de vez en cuando.
ResponderEliminarMejor poco que nada y viniendo de personas como tu es todo un privilegio que no me gustaría perder.
Creo que la felicidad es contagiosa y aquí necesitaríamos un Blas, aunque con la selección no nos va mal del todo, ja,ja.
Besos
Gracias Anita, por tu bonito comentario.
ResponderEliminarUn beso
Ya lo tienes Jesús
Un abrazo
Gracias JBW y bienvenido
Un abrazo
Muchas gracias mi querido HSN
Un abrazo
Es verdad Raúl. Aunque no queramos.
Un abrazo
Ja, ja, gracias por tus ánimos Belén
Un beso
Gracias por tus palabras mi fiel Cele
Un besazo muy grande