Peinando a la niña
¡Ay mamá! No me pegues más tirones. Por eso no me gusta que me peines tú. Prefiero a la tía Felisa. Ella me va desenredando con cuidadito, porque sabe que soy una niña delicada. Además, ella no me grita ni me riñe por cualquier cosa, y me hace las comidas que más me gustan. No como tú, que me obligas a comer acelgas. ¿Ya has terminado? Deja que me mire en el espejo. Me gusta el moño pero no mi pelo blanco. Mira la foto de mi Juan. Aquí parece mayor. Y yo también soy vieja. ¿Por qué lloras, hija mía?
Torcuato González Toval
30 comentarios:
A veces queremos hacer en los hijos lo nos hubiese gustado a nosotros. Qué difícil es acertar.
Salu2.
Que dura es esa enfermedad.
Terrible.
Saludos.
Me ha gustado tu impresión. Muy buena fotografía escrita.
Un abrazo.
Se podra decir lo que quieras, pero jamas que dejas indiferente... Cojonuda entrada, con dramático ( aquí si que el atributo es bueno) tema... Que Fortuna haga que esquivemos tales situaciones...
Esa enfermedad es horrible... Mi abuelo murió con ella hace un mes aproximadamente.
Buen relato. vuelvo a repetir que tus relatos van cada vez mejores.
saludos.
... los ciclos de la vida...
Me ha encantado.
Abrazos
No se acuerda de sus olvidos más cercanos. Los aleja y nosotros nos entristecemos.
Blogsaludos
Es cierto que la demencia senil hace que las madres llamen mamá a los hijos, pero el lenguaje utilizado, lo de la tía Felisa y las acelgas, no sé, no sé, me parece más de niña de verdad. Pero lo que no me cuadra para nada es que en tan poco espacio pase de llamarla mamá a hija. Creo que no hacía falta aclararlo, que con lo del pelo blanco era suficiente.
Una buena idea con una fotografía excelente.
Abrazos.
Muy bonito Torcuato. Me parece que tiene mucha sensibilidad y que has dado en el clavo.
Hola Torcuato. Soy Mª. José, he entrado en tu blog y me parece muy interesante y además tu relato me ha hecho pensar en el tema del alzheimer. Gracias.
Te dejo mi blog por si te interesa verlo: www.lascoletasdelaluna.blogspot.com
Jo-derrrrr!
Por un lado me has recordado cuando, de pequeño, mi madre me quitaba los piojos con la afilada rastrera de plástico.
Por otro, me he decidido:
no quiero más canas. Voy a afeitarme.
Un abrazo.
Pues me he quedado pensando un buen rato.
Tiene que ser terrible vivir con una enfermedad asi, ese contraste entre juventud y vejez.
Me ha emocionado
Besos
Me has dejado helada...
Un abrazo.
Muy bien escrito Torcuato, que duro verse así o peor que te vean así.
Saludos,
Un tema delicado , que lo has pintado bellamente.Un abrazo
Si, tal vez sea así y en la mente se mezclen los tiempos y los personajes, para que finalmente el pasado resbale hacia el presente y viceversa. Se me ocurre que quienes están en ese limbo tienen una especie de paz. Muy interesante.
La verdad siempre me sorprendés con lo que escribís. Me dio mucho tristeza. Ocurre y con el tiempo podriamos regresar a cuando niños. Abrazo
http://el-ser-bohemio.blogspot.com/
Me da pavor pensar en un futuro así para los míos o para mí.....
Un beso, Tor.
Siempre nos hablas de algo real desde la irrealidad de tus microrrelatos. Me gusta mucho. Besos
precioso torcuato
Oh, como me ha gustado el quiebro de este micro...
Besicos
Torcuato, es un maravilla este relato, la segunda lectura es mucho más bonita que la primera, se lee con más cariño y dan ganas de abrazar a esa hija-madre.
Y luego, de abrazarte a ti!
Creo que lo mejor es enseñarlos a pensar por si mismos.
Un abrazo Dyhego.
Realmente dura Toro
Un abrazo.
Gracias Daniel. Me ha gustado lo de fotografía escrita.
Un abrazo.
Muchas gracias Temujin.
Un abrazo.
Siento mucho lo de tu abuelo HSN. Yo también conozco algún caso que otro.
Muchas gracias. Tu comentario me motiva.
Un abrazo
Muchas gracias Su. La verdad es que la vida da unos giros escalofriantes.
Un beso.
Es verdad Adivin. Las personas que caen en esta enfermedad tienden a recordar cosas muy lejanas, en cambio olvidan lo que acaban de comer.
Un abrazo.
Muchas gracias por tu comentario Lola. Me sirve para ir depurando. No sé si la demencia senil y el Alzehimer es lo mismo.
Un beso.
Gracias Manuel. A ti tampoco te falta sensibilidad.
Un abrazo.
Gracias y bienvenida María José. Enlazada quedas.
Un beso.
Ja, ja. Anónimo Loco, te imagino renegándole a tu madre mientras ella te sacaba liendres.
Un abrazo.
Gracias Cele. Es también muy terrible para los familiares que conviven con estas personas.
Un beso.
Gracias su. Un beso caluroso para derretirte un poco.
Muchas gracias Verd.
Un beso.
Me alegro que te haya gustado Carmen
Un besico.
Gracias y bienvenido Julio.
Yo he pensado que las personas que caen en esta enfermedad es debido a una especie de barrera para protegerse de la realidad que no soportan más.
Un abrazo.
Gracias Ser Bohemio.
Un abrazo.
Sin miedo Novicia. Como dijiste en una de tus últimas entradas, hay que vivir cada minuto y ser feliz.
Un beso.
Nada comparable a tus fotos Ginebra. Recomiendo a todos los que me leen, pasen a echarles un vistazo en tu blog.
Un beso.
Gracias Adriana.
Un beso.
Gracias Belén.
Un beso.
Esos comentarios si que dan alegría y ganas de abrazar Anita.
Un besazo.
Es terrible la enfermedad
que te hace olvida
quién eres
y quienes son los que
te rodean.
Tristísimo
Horrible MTeresa
Un beso.
Estremecedor este micro y real como la vida misma...
Besos brujos
Gracias Annie.
Un beso.
Es un micro que llega.
Un abrazo, Torcuato.
David Figueroa.
Muchas gracias David. Me alegro.
Un abrazo.
Publicar un comentario