Domingo de misa
"Espero puedas perdonarme", dijo por fin, jadeante, arrodillado frente al altar mayor. Se persignó. Después fue recorriendo el pasillo flanqueado por reclinatorios, mientras apenas se oía el sonido de sus pisadas sobre el suelo de mármol. Antes de salir de la iglesia un ruido le hizo darse la vuelta, vio que uno de los feligreses intentaba incorporarse entre todos los demás. No llegó a conseguirlo. Cayó desplomado golpeándose la cabeza contra un saliente y quedó tumbado con el brazo estirado y los ojos abiertos sin vida. Parecían mirar hacia la metralleta tirada en el suelo.
Torcuato González Toval
9 comentarios:
Mala suerte tuvo el pobre. Hallar la muerte en un lugar de recogimiento y paz...
Salu2, Torcuato.
Él y alguno más, Dyhego, jeje.
Un abrazo.
Me he acordado del arzobispo Romero del Salvador.
Muy bueno, Torcuato.
Ahora que lo dices Doc, pudiera ser.
Gracias por venir.
Un abrazo.
¿Puede ser "pintura espiritual" y que nosotros seamos muy terrenales como para entenderlo?
(me encantan este tipo de cosas...)
Un saludo
"Espero puedas perdonarme".
El mundo está de cabeza, no?
Gracias por comentar, A do outro lado da xanela.
Lunita, besos.
Tengo que acostumbrarme a tu forma de relatos
dame tiempo un abrao
Acostumbrarte??
Son difíciles, duros?
Otro adjetivo? Je je
Explícate, Recomenzar.
Besos
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