El poder siempre ha tenido armas para someter y dominar a la población. Todas se resumen en la utilización del miedo. Realmente, si lo pensamos un poco, nadie es más poderoso que nadie, lo que ocurre es que nos hacen creer lo contrario. Los papás y las mamás utilizan el miedo para que los hijos hagan lo “que deben hacer” según la educación adoctrinante. El papá y la mamá Estado también lo hace. Este miedo se ha usado de miles de formas, desde las más sutiles a las más descaradas y desde los albores de la historia.
Un ejemplo esto es de lo que trata Arlington Road. En este caso lo que se utiliza es el miedo al terrorismo pero dando una vuelta más de tuerca. El terrorista puede ser tu propio vecino. Vigílalo, observa sus movimientos y, por supuesto, si ves algo raro, denúncialo.
Ese es el mensaje real de la película. Aparentemente el argumento nos alerta de cómo se utiliza la información en los medios de comunicación. Cobra fuerza la idea de que los atentados son parte de conspiraciones de grupos organizados que calculan hasta el más mínimo detalle para que haya “cabezas de turco” que soporten a sus hombros todas las culpas. Estos acusados, suelen ser personas que tienen algo sospechoso, algún resentimiento hacia los estamentos.
También intenta demostrar que la policía siempre está mal informada y equivocada, y los gobernantes quieren darle un culpable al pueblo para que este se tranquilice durante un tiempo. ¡¡Uff, nos protegen!!. Pero no. Hay más de lo que parece.
La película se estrenó en el año 1999, en plena “campaña” de “Vigila a tu vecino” que se potenció en Estados Unidos de América y que culminó con el atentado de las Torres Gemelas el 11 de septiembre de 2001. (Aunque no para ahí)
No olvidemos que las grandes productoras de Hollywood son parte de poderosas multinacionales y se utilizan, no nos quepa duda, para bombardear los cerebros con los mensajes que en cada momento interesan a los omnipotentes poderes elitistas.
Puede resultar poco creíble todo esto que digo, y más cuando los protagonistas del film son dos actores de los considerados izquierdosos: Jeff Bridges y Tim Robbins, pero ellos no tenían por qué saber los funcionamientos maquiavélicos que lo organizan todo.
Aparte de lo anterior Arlington Road es una gran obra de cine. Es una de esas películas que tiene todos los ingredientes para enganchar de principio a fin. Mantiene el suspense y no es nada previsible. Todo es creible.
Tiene varios momentos memorables, como por ejemplo la primera escena, en la que aparece un niño desorientado y herido por en medio de una calle residencial.
Aunque no me gusta destripar la película, me gustaría enmarcar una escena en la que la actriz Joan Cusack cambia la expresión, desde una sonrisa casi hipócrita a una cara totalmente seria.
Una magnífica película.
Mi valoración de la película de 1 a 10 es: 9
Torcuato González Toval