Esa infancia tapada con capas de miedo,
capas de inseguridad,
capas de hipocresía,
de cinismo.
Máscaras para ocultar lo verdadero de nuestro ser.
Torcuato González Toval
Acabó el plazo, el día 10 de marzo se podrán leer todos los micros presentados a concurso.
Aquí abajo tenéis un enlace de un trabajo de titanes realizado por Ana Vidal, mi querida Anita Dinamita del blog Relatos de andar por casa. El día 25 de noviembre se celebró el día contra la violencia de género y Ana, en su isla,
Para leer todos los microrrelatos pichad AQUÍ
El sonido es flojo así que subid el volumen a tope.
8 comentarios:
TORCUATO:
Tendemos a sacralizar la infancia porque, claro, comparada con la madurez y sus responsabilidades, parece un oasis de paz y felicidad, pero la infancia es dura, muy dura: esos miedos, esas inseguridades, ese vivir sin vivir, esas ganas de todo y esa impotencia. ¡Y no hablo de esos niños que han sufrido abusos, que están trabajando desde los tres años, que pasan hambre!
Cualquier tiempo pasado no fue mejor (con excepciones, claro).
Salu2, Torcuato.
Hola Torcuato, he venido a cotillear tú blog. jeje..
A mí me pasó lo mismo, cuando abrí mi blog mangeles, para comentar a un amigo bloguero que escribía. Por eso, meses después creé Mangelesky...y curiosamente...se unieron...si abres un blog,con el mismo correo electrónico...se te unirán, y podrán entrar de nuevo al otro blog.
Un beso
Si Dyhego, estoy de acuerdo contigo, lo que ocurre es que lo que quiero decir en esta entrada es que los "mayores" vamos maquillando nuestro ser cada vez más hasta que lo olvidamos por completo. Nos convertimos en esclavos.
Un abrazo
Gracias mangeles por comentar y bienvenida.
Quizá estoy un poquillo espeso y quizá por eso no entiendo muy bien lo que me quieres decir. Me lo explicas para tonticos? Je,je
Un abrazo
Hola Torcuato :D
Sabes? Yo creo que máscaras, caras diferentes tenemos todos a lo largo de toda nuestra vida. Cuanto más mayores, más máscaras. Lo penoso de esto, como tu bien dices, es cuando los niños tienen que tirar de máscaras para sobrevivir en un mundo hostil. Eso sí que es lamentable.
Cuando tenga más tiempo me paso otro ratito para revolverte los cajones. Es que ahora estoy en el curro y con mucho lío.
Un beso y gracias
Que gusto que comentes en mi blog, Novicia Dalila. Espero que nos leamos más a menudo.
Un abrazo
Por desgracia todos estamos siempre llevando esa máscara, pero si triste es en los mayores qué decir en el caso de los niños.
Lástima de infancia hurtada.
Saludos
Lo bueno, Miguel, es que siendo conscentes de ello, podemos luchar para conseguir recordar lo que éramos y se nos ha ido olvidando.
Gracias Miguel.
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