El Regreso
Me dijeron que si seguía el sendero al borde del precipicio llegaría a la casa de
Torcuato González Toval
Este micro ha participado en el concurso de febrero de Minificciones.com.ar
El Regreso
Me dijeron que si seguía el sendero al borde del precipicio llegaría a la casa de
Torcuato González Toval
Este micro ha participado en el concurso de febrero de Minificciones.com.ar
El preso: Van a matarme…¿Qué dirá mañana esa Prensa canalla?
Max: Lo que le manden.
"Luces de Bohemia"
Valle Inclán
El siguiente micro ha sido publicado en la revista digital La Esfera Cultural. Acepto comentarios, aquí o/y allí.
¿Cómo me ves?
Las dos y media. Platos, tenedor y cuchillo, pan, vaso y agua, servilleta. Comida. Comer, comer, comer, comer. Más, más. Comer, comer. Recoger la mesa. Cuarto de baño, mirada al espejo. Mis dedos en la garganta. Vomitar.
Torcuato González Toval
Sentimientos.
Tras la broma pesada, el bromista y el inocente se secaron las lágrimas.
Torcuato González Toval
Está semana no me ha ido mal en el Concurso de el cultural de El Mundo, con el tema "El Bisturí". Mi micro "Tembleque" ha quedado vencedor y "Coherencia", finalista.
Tembleque
Antes de entrar al quirófano pidió una tila en el bar. Al final de la barra, el cirujano que la iba a operar se tomaba otra.
Coherencia
Durante años fue operando cada una de las partes de su cuerpo para sentirse mejor. Menos una, el cerebro. Tenía muchos efectos secundarios.
Torcuato González Toval
Pasión titánica.
Antes de que avisaran del hundimiento, nuestra cama ya estaba empapada.
Torcuato González Toval.
Desaparecidos.
Suenan castañuelas y se van las ratas. Al día siguiente vuelven a sonar y desaparecen los niños. El flautista ha cambiado de instrumento.
Torcuato González Toval
Luz encendida
Desde que tengo turno de noche apenas coincidimos en casa. A menudo, cuando hago el recorrido, miro hacia nuestra ventana que se mantiene encendida hasta muy tarde. Me dice que le cuesta conciliar el sueño, la pobre, que no se acostumbra a mi ausencia. Yo también la echo mucho de menos. Esta mañana iba absorto, pensando en el calor que desprende cuando la abrazo mientras aún duerme, y de pronto, la urraca del segundo izquierda me ha saludado muy amablemente. Antes ni me miraba a la cara, en cambio últimamente me regala unas sonrisas de lo más extraño.
Torcuato González Toval.
Sueño frío
Cuando vimos la nieve en Toledo todos nos alegramos. Dejé a mis amigos tirándose bolas unos a otros, mientras yo cerraba los ojos para notar como mis párpados se enfriaban, me gusta esa sensación. Lo intenté, pero no conseguí abrirlos y tuve miedo, aunque menos que cuando aparecieron los osos. Tampoco pude correr pues mis pies estaban pegados en el suelo helado. De pronto lo pensé: “Esto es un sueño”, y conseguí despertar. Sonreí un instante. Sólo un instante. Hasta que vi la nieve teñida de rojo.
Torcuato González Toval
Este micro participó en el concurso de enero de Hiperbreves Toledanos. Los micros debían tener la frase inicial "Cuando vimos la nieve en Toledo..."
Foto: AQUÍ
Pulsaciones desde el más allá.
Martínez, el finado, tenía el record mundial de pulsaciones. Desde el infarto, el teclado de su ordenador asusta a Pepa, la limpiadora.
Torcuato González Toval.
"El infartos"
Al jefe le costaría mucho dinero echar al veterano contable, Juan “El infartos”, por lo tanto le dijo que le subiría el sueldo.
Torcuato González Toval.
Le cobran en aquella fila de la izquierda, si no le importa. Hoy lo habré repetido unas quinientas veces, pero sin perder la sonrisa. ¿Te gusta mi sonrisa? Mis dientes son blancos e igualados, y mis ojos tampoco están mal. ¿Verdad? ¡Qué tonto! ¿Para qué te pregunto? No obstante, lo sé. Lo he notado en tu forma de mirarme cuando te has acercado a mi mostrador. Eres muy bonita y estoy deseando que me cuentes cosas sobre ti. Tranquila, sólo serán unos kilómetros y en cuanto lleguemos saldrás del maletero y te desprenderé de esa desagradable mordaza. ¡Qué cosas! No me gusta mi trabajo pero gracias a él he averiguado tu domicilio.
Torcuato González Toval
El descabello.
La bala, en la sien. Sentí el estruendo, el impacto y caí sentado. Me estoy tocando, tintándome los dedos de sangre. La miro, es viscosa. También la miro a ella, la que compartía mi vida y me daba amor está de pie delante de mi con la cara asustada y nerviosa mientras apenas mantiene sujeta la pistola. Sigo mirándola notando la neblina en mis ojos y un fuerte olor a hierro. Me canso. Ahora ella sonríe. Ese es el disparo que me remata.
Torcuato González Toval.
Camino equivocado.
La bala, en la sien. El arma colgada del dedo y la mano casi rozando el suelo. La cabeza reposando sobre el escritorio, manchándolo. Al otro lado de la mesa, una copia traslúcida del muerto grita, llora y lucha estirando los brazos en un intento de alcanzarse. Regresarse infructuosamente. Lo oscuro ancla las garras en su espalda impidiéndole avanzar, y le susurra: “Te equivocaste”
Torcuato González Toval.
La bala, las flores y las niñas.
La bala, en la sien. En el tiempo mínimo de la caída, nacen flores que amortiguan el cuerpo y la pistola humeante no tarda en compostarse con la tierra que se la traga. Llegan tres niñas y le besan el rostro que recobra su rubor y la herida se cierra. Se le abren los ojos mientras se levanta desacompasado. Ellas lo miran sonrientes al tiempo que señalan al cielo. Los nubarrones han desaparecido.
Torcuato González Toval.
Lector de almas.
Lo miro de esa manera, que a lo largo de tantos años me ha dado la experiencia. Mi cliente no se percata de que le escruto el alma, dándome cuenta de que la tiene negra, veo el mal aflorando como una burbuja de gaseosa recién abierta. Sentado en el banquillo, creerán en su inocencia, nadie pensará que con ese rostro de niño hubiera sido capaz de esa carnicería en aquel hotel. Además, las pruebas en su contra son escasas. Pero yo conozco al diablo y calo rápido a los que hacen pactos con él. No me importa, chocamos las manos mientras veo la enorme cantidad escrita en el recibo.
Torcuato González Toval
Acabó el plazo, el día 10 de marzo se podrán leer todos los micros presentados a concurso.
Aquí abajo tenéis un enlace de un trabajo de titanes realizado por Ana Vidal, mi querida Anita Dinamita del blog Relatos de andar por casa. El día 25 de noviembre se celebró el día contra la violencia de género y Ana, en su isla,
Para leer todos los microrrelatos pichad AQUÍ
El sonido es flojo así que subid el volumen a tope.