Para hacerle reír.
Y le manchaba los dedos de harina al entregarle el paquete del
almuerzo. Lo hacía adrede esperando que sonriera, pero él bufaba con
rabia. "¡ Mamá, no!".
Y lo despedía desde la ventana bailando y manoteando. Él subía los
hombros a las orejas y metía con fuerza las manos en los bolsillos del
abrigo.
Y lo besuqueaba delante de sus amiguitos haciéndole cosquillas. A cambio
él la traspasaba con una mirada escondida en el guiño de sus párpados.
Esta noche, acurrucado solloza porque su mamá ya no está. Las lágrimas
se deslizan por sus mejillas mojando la funda de la almohada.
La de corazones, estrellas y angelitos; bordada a mano por ella.
Aportación de esta semana a Relatos en cadena: La frase de comienzo "Y le manchaba los dedos de harina al entregarle el paquete"
Pintura: "Madre e hijo" de Isabel Wallis Garcés
10 comentarios:
Suerte. Es original y tierno. Un abrazuco
Las madres, siempre ahí, detrás de nosotros, entregándonos todo lo que son y todo lo que tienen. Saludos.
Una bellesidad...
Buenas noches.
me gusta como suspiras cuando escribes las letras
Ternura en tus palabras, Torcuato, un placer leerte.
Un beso.
Oh ¡Cuánta ternura! Y qué tristeza me ha dejado ese final. Muy bonito tu relato.
Un abrazo.
Es un micro muy tierno, lleno de esa sutileza que recoges en cada frase para evocar a la madre. Me encanta la mirada escondida en el guiño de sus párpados. "Bordada a mano por ella" hubiese sido una buena frase de inicio. :) Un abrazo.
Siempre nos damos cuenta del valor total de una madre cuando ya no la podemos disfrutar.
Salu2,Torcuato.
Muy triste, como la vida misma...
Y es que nunca llegamos a apreciar lo que tenemos hasta que lo perdemos, es un tópico esta frase, pero como casi todos los tópicos es una verdad.
Besos
Triste y lleno de ternura.
Me conmoviste.
Besos.
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