Arrepentimiento
Después de una vida llena de riquezas y poder, notando ya los primeros quemazones, desde su lecho de muerte se lamentó de haber negociado con aquel pequeño hombre de rostro rojizo y extraña sonrisa.
Torcuato González Toval
Acabó el plazo, el día 10 de marzo se podrán leer todos los micros presentados a concurso.
Aquí abajo tenéis un enlace de un trabajo de titanes realizado por Ana Vidal, mi querida Anita Dinamita del blog Relatos de andar por casa. El día 25 de noviembre se celebró el día contra la violencia de género y Ana, en su isla,
Para leer todos los microrrelatos pichad AQUÍ
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14 comentarios:
¿ Y de qué le sirvió la lamentación ?
Besos.
Nada de lamentarse de las decisiones tomadas.
Toca ser consecuente.
Biquiños muchos.
Buena imagen del diablo, sugerente.
Un abrazo
A buenas horas...
Saludos.
A lo hecho, pecho. Un dicho muy de aquí y muy cierto. No sirve de nada lamentarse. Hay que aprender de los errores, eso sí.
Un beso, Tor
Yo también negocié con él en su día y por variar me tumbó, no me cumplió...
Ahora ni lo prometido, ni nada, pero no me arrepiento.
Besitos brujos
Nunca es tarde para el arrepentimiento.
Un saludo Tor.
¿será el mismisimo diablo el ser rojizo? Demasiado tarde me temo.
Un abrazo
Lourdes y Carmela
Pactar con el diablo es lo que tiene.
Baizabal
Me alegro de que te haya gustado.
Toro y Novicia
Aprendamos la lección de una vez.
Annie
No será que fuiste tu la que le tomó el pelo a él.
Anónima
Es que este era un contrato muy difícil de romper.
Cele
Disfrutó de lo material en vida pero....
Besos y abrazos a tutti. Muchas gracias por vuestros comentarios. Sin ellos no soy ná.
Yo ya no tengo nada con lo que negociar..con el ser rojizo.
Nunca es tarde para arrepentirse, aunque suele ser que el daño ya se ha hecho.
Un saludo indio
Arkangel
Entonces estás a salvo.
Indio
Lo que se debería hacer es aprender de los errores.
Un abrazo a los dos.
A veces llega como la caballería en aquellas viejas películas de vaqueros e indios... demasiado tarde. :(
Cuando se le ven los dientes al lobo.
Un abrazo, Juan Carlos.
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