- Buenos días. ¿Está ocupado?
- No.
- Menos mal. Vengo agotado de caminar por toda la ciudad arreglando papeles. Ya lo sabrá usted. Uno tiene que aprovechar los pocos días libres para poner en orden todas estas cosas.
- Me parece muy bien. Pero, ¿qué hace?
- ¿Cómo? No entiendo lo que me quiere decir.
- Pero..pero, si yo le he preguntado si estaba ocupado.
- Y yo le he respondido. ¿Qué se cree? Mis padres no eran perfectos pero me enseñaron educación.
- Claro. No dudo de su educación. Me ha respondido que no. Y por eso me he sentado.
- Pues ahora soy yo el que no lo entiende. Llega usted, me pregunta una cosa y se sienta en el asiento de mi mujer.
- ¿De su mujer?
- Si. De mi mujer. Me estoy tomando un aperitivo con mi mujer en esta bonita terraza. Ella ha ido un momento al baño así que le agradecería que se levantara.
- Si, si, ahora mismo, pero cuando yo le pregunté me dijo que no.
- Pues claro.
- Pero ¿por qué?
- Pues porque si. ¿Qué quería que le respondiera?
- Pues que si estaba ocupado.
- ¿Es usted tonto o qué? Yo no estoy ocupado. Estoy tomando una cerveza con mi mujer.
Torcuato González Toval
7 comentarios:
puede pasar. El señor no debió omitir el sujeto en la oración... se hubiera evitado el problema.
Saludos !!!
Todos somos super educados y amables hasta que nos sentimos invadidos más allá de lo superficial.... Entonces ya consideramos que nos tocan los webs... Individualismo colectivo lo llamo yo...
Un beso, Tor
Ocupado no estaba, pero acompañado si, tal vez debió aclararlo no? ja,ja
Un abrazo
E.L
Si amigo. Son las confusiones que a veces hay y que provocan enredos de difícil resolución.
Un abrazo
Novicia Dalila
Me gusta eso de "individualismo colectivo". Realmente hay mucho de eso. Tenemos que sacar fuera lo bueno que tenemos.
Un besico.
Ahí está la cuestión Cele, je, je.
Un besico.
Jaja, me han dicho que los mexicanos somos malos para ser directos, mejor optamos por alejarnos de la persona que no nos supo leer la mente. Eso le pasó al desocupado creo.
Este micro me recuerda un chiste.
Llega el señor a la barbería y pregunta:
-¿Qué tal está la navaja hoy?
Y el barbero responde:
-¡Uy ni se siente!
El señor pide que lo afeite y termina todo cortado, entonces reclama:
-¡Mire cómo me dejó! ¡¿No que muy filosa su navaja?!
A lo que el barbero alega:
-¡Bah! Si yo le advertí que ni se sentara.
Si, ja, ja, los diálogos se prestan mucho a los juegos de palabras con varios sentidos.
Un abrazo y bienvenido, Yun.
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