La crisis del ogro.
Juan estaba muy emocionado trepando por la mata de habichuelas gigante. Ya le hacían los ojos chiribitas pensando en la gallina de los huevos de oro. Cual fue su sorpresa al ver que el gran ogro no poseía tal animal. Todo lo contrario. Era pobre como las ratas y sólo comía enormes platos de alubias. Al desilusionado niño no le dio tiempo a escapar. Una descomunal flatulencia le hizo caer fulminado.
Torcuato González Toval
8 comentarios:
Torcuato, hubiera preferido otro final y que emplearas el humor a lo largo de la narración. Sí hace reír, pero estaría mejor pulir el humor en este micro.
Saludos
Pobre niño.
Que final...
Su gozo en pozo.
Saludos.
Gracias por el aporte Baizabal. La verdad es que lo escribí rapidisimamente cuando Anónima Mente hizo la propuesta en su blog. Si por lo menos te hizo reír estoy satisfecho.
Un abrazo
Su gozo en un pozo peztozo.
Un abrazo Toro.
El camino fácil hacia la riqueza, nos trae estas desagradabes sorpresas.
Por cierto ¿Y donde fue a parar la gallina? ja,ja
Besos
Creo que la gallina la robó el primer niño que subió.
Estará por ahí disfrutando de las riquezas. Ja, ja
Un beso Cele
GENIAL!!!!!!!!! jajajajajaja
Otro beso brujo y risueño
Graciss. Otro beso para ti. Annie.
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