Volar por fin
Va de vuelta a casa en su coche, y una canción que empieza a sonar en la radio hace que se acuerde de su bonita esposa, que lo ama, de sus dos hijos, niño y niña, la parejita en la que se ve reflejado en ciertos ademanes. Su mente se llena de sus voces. Se acuerda de su época de estudiante, de sus fiestas, del esfuerzo y del fin de la carrera que sacó con nota, lo que le permitió acceder al buen trabajo que tiene. Gerente. Suena bien. Puede permitirse el lujoso auto que conduce y el precioso chalet que habita, cerca del liceo francés, donde asisten sus hijos, en “La Rosaleda ”, la mejor urbanización de la ciudad. Acaba la canción y se ve frenando de golpe, a punto de estrellarse contra el camión de delante. Consigue detenerse pero el autobús que viene tras él, no.
Queda aplastado entre los dos armatostes sin tiempo a nada. Ha muerto.
No. Abre los ojos al tiempo que da una cabezada violenta. Se había quedado dormido. No más de dos segundos. Lo justo para la pesadilla que acaba de tener.
Ya queda poco para llegar a casa. Se acerca la última curva desde la que se ven todas las casas desde lo alto. Siempre que pasa por allí, se queda pensativo mirando el precipicio.
Vienen cosas feas a su cabeza. ¿Cuánto llega a correr este coche?
Pisa el acelerador a fondo rompiendo el quitamiedos y vuela por el precipicio.
Torcuato González Toval
16 comentarios:
Los malos sueños nunca deberían ser reales...
Estremecedor final...
Besicos
Es lo que ocurre cuando primas algunas cosas sobre otras...
Conservar la vida es una forma de arte también,
Por éso tengo enorme respeto por quienes llevan muchos años entre nosotros.
Morirse es fácil, la historia está plagada de idiotas que lo lograron con un mínimo impulso.
Permanecer y aguantar exige más solera.
Excluyo a los grandes héroes que dan su vida por otros desde luego.
Tu relato nos precisa lo que es la terquedad, mira que el tío ya llevaba un aviso.
muy bueno!
una simple opinión: yo cambiaría el título porque dice demasiado. el final crecería.
Era previsible la "segunda" muerte, el suicida no sueña. Un abrazo.
Sería previsible pero yo no me lo esperaba. Jo.
Imagino que el precipicio de su alma, era aun mucho mayor.
Saludos muchos.
Vivimos al filo de lo inevitable... todo es cuestión de momentos.
Mal asunto cuando se necesita un estímulo externo para recordar lo que se ama. Una vida triste.
Me gusta este relato que gira hasta dos veces antes de llegar a su fin.
Un abrazo,
Mal asunto cuando se necesita un estímulo externo para recordar lo que se ama. Una vida triste.
Me gusta este relato que gira hasta dos veces antes de llegar a su fin.
Un abrazo,
O sea que era o sí o sí. Buscaba terminar.
Besitos
Torcuato, un juego de sueños y pesadillas, de alegrías y penas, de recuerdos y presentes que al final se entremezclan para fundirse en un salto al vacío. La vida misma.
Un abrazo fuerte.
Soñar despierto, el final del sueño
Uff muy buen corto. Un placer leerte :-)
La vida no siempre es lo que se aparenta...
Saludos
J.
Vaya interesante desenlace. Cuando pensé "uf sólo ha sido un sueño" va el prota y acaba con ese sufrimiento que es para algunos la vida. Bueno, es su decisión, y tu deber era contarlo, y lo has hecho muy bien.
Me quedo por aquí.
Hay que saber interpretar las señales.
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