Serenidad forzada
El artista pasaba horas en su barco observando a las ballenas, hasta que un día descubrió a aquella pequeña criatura que tras posteriores estudios supo que era una sirena. Le cautivó su tremenda belleza, pero sobre todo, la paz y serenidad que desprendía. Era lo que estaba buscando desde que entró, años atrás, en su sequía creativa. Aquel ser maravilloso se convirtió en la musa que tanto había tardado en mostrarse. De repente, la casi mujer, por edad y condición, salto asustada al agua desde su pedestal rocoso. Esto provocó la ira del hombre que volvió a su taller con la fijación de no consentir que eso sucediera de nuevo. No descansó durante días hasta que lo tuvo todo preparado, y entonces regreso a su barco con todo lo necesario. Esperó y esperó hasta que la sirena asomó y se posó en la roca. Sonrió el artista mientras le apuntaba con su cañón y sin pensarlo, disparó. El proyectil, al llegar a la altura de la sirena, explotó, soltando toda su carga de bronce fundido. Satisfecho, quedó mirando su obra durante horas y después se fue.
Torcuato González Toval
Este micro también participó en el concurso de enero de Minificciones.com.ar
24 comentarios:
No son pocos los que suelen estar orgullosos de su maldad y sus delirios. Triste.
... así que la sirena de Copenhaghe respiró en algún momento..., este artista consiguió paralizarla por largo tiempo, pero seguro perdió la serenidad y paz que le había embelesado...
Gran relato, gran atrevimiento, esto de querer poseer lo ajeno...
Felisa
ME gusta la crítica, pero creo que puede haber palabras sobrantes, quizá haciéndolo más sintético gane fuerza. Subjetividad literaria, no hay de otra.
Un abrazo, Torcuato
Lo haces genial como siempre.
Nos tienes leyendo hasta el final cautivados.
No cambies y sé tu mismo.
Biquiños guapetón.
Desdichado el artista, aún más que la sirena...
Un gran micro, Torcuato.
Saludo enorme.
hermoso micro Torcuato,
el hombre siempre en pos
de poseer lo que no le pertenece.
un saludo!!
Me gusta ver la cantidad de historias que surgen en los cerebros de los escritores a partir de una misma imagen. Es como echar el reloj hacia atrás y remodelar cada historia. Un placer leer esta también, Tor. Un beso.
¡Cómo me ha dolido ese "y se fue"!!! seguramente a buscar otra musa. Me gustó mucho el relato y creo que ese final le da un punto diferente. Quien sabe si es el inicio de un cazadr en serie de musas, sirenas, hadas, duendes... que hay muchas estatuas por ahi...
Saludillos
Lo que hace la sequía creativa...¡menudo sirenicida!, ahora que se ande con cuidado todo bicho viviente que se fue en busca de otra musa :)
Un beso Torcuato, me gustó mucho.
Eso es,si no te inspira la musa te buscas otra,hombres!
Y luego se dió cuenta de lo que más amaba de ella era como se zambullía asutada en la gran masa azul. Al fin entendió su error.
Siempre me pregunté por qué el dicho aquel de Algo huele a podrido en Dinamarca, y resulta que era la parte orgánica de la sirena de copenhague. Por cierto, minúsculo símbolo para tamaña ciudad.
Te digo lo mismo que te dije en la anterior entrada ¿de dónde sale tanta imaginación? Ya me dirás el secreto...
Quizás ocurrió así.
Saludos.
Esto... menos mal que no soy una sirena.
Saludos
Un artistazo, sí señor. Lástima que no le hubiera estallado a él en la cara.
Besos explosivos.
Mal artista ese. ¿No se trata de dar belleza al mundo en vez de retenerla?.
El micro muy bueno (para mi humilde y desentendido gusto).
Amigo del señor de los mares, calculador y poseedor de su virtud y su maldición.
Bueno como el anterior o mejor quizás, se demuestra el interior confuso.
Un abrazo
Una lástima que no la prefiriera viva y coleando, aunque se fuera de vez en cuando. Eso ya no es serenidad forzada, es quietud irreversible.
Un beso, Torcuato, y gracias por tu compañía.
Muchas gracias a todos/as por leerme y comentarme.
Abrazos y besos.
Menudo cabrón
Ante su incapacidad para retener tanta belleza y reproducirla con el cincel, acaba con ella, porque sabiendo que dentro hay una sirena real, para mi la belleza se esfuma.
No hay quien entienda a los artistas!
Un beso Torcuato, que cabrón no lo decía por ti, eh?
Uff. Menos mal. Al principio creí que si. ;-)
Un beso, Ana.
Hay quien no soporta la individualidad...Que vamos a hacer...hay gente pa' to'
Besos de colores
Ser algo a costa de alguien es muy típico, Mariajo.
Besos.
Publicar un comentario